(Podeu trobar la versió en català aquí)
Este es el último curso de Leonor en nuestra escuela y en la comisión, y hemos pensado hacerle una nueva entrevista, porque consideramos que es la mejor forma de dejar una huella de su paso por la comisión y que las demás familias puedan conocer un poco más sobre los integrantes de la misma.
1. ¿Con qué te quedas de tu paso por la Comisión Inclusiva?
Sí, es verdad, me marcho y toca pensar con qué me quedo o qué me llevo. Bueno, pues muchas cosas. Muchas de ellas ya las dije en la otra entrevista y repetiré algunas por aquí. Podéis leer la entrevista anterior y comparar el cambio o no.
Me llevo el aprendizaje de tantos años y las personas que hemos estado trabajando codo con codo. Han sido 5 años inolvidables, que he disfrutado mucho y me han impulsado a conocer y reflexionar sobre cada tema, persona, caso o situación que hemos vivido dentro de la comisión de manera general y personal.
También me llevo la lección de que las personas que mueven esta Comisión, y la inclusión en la educación, son muy valientes por la renuncia de lo fácil y de su libertad para atreverse a hacer las cosas diferentes y aceptar otras formas de ser y amar.
He aprendido que todos participamos de alguna manera de algún grupo minoritario y que debemos movernos y enseñarnos para que los recursos lleguen. Sin demanda no hay oferta. No podemos estar de brazos cruzados con la excusa de que no hay recursos y aparcar a estos grupos minoritarios. Todos tienen derechos y forman parte de esta sociedad.
2. ¿La Escuela ha mejorado en inclusividad en este tiempo de forma perceptible para las familias?
Estoy segura que sí. Es más, creo que hemos ganado con el cambio directivo en calidad profesional, personal y nuevas perspectivas y oportunidades. Me explico.
He tenido la suerte de que dos de las personas que componen el equipo directivo fueron profesoras de mi hija. Y os puedo asegurar que tienen profesionalidad y mucha sensibilidad. Son dos características imprescindibles para una inclusión real, además de sus experiencias en el aula.
Las he observado y las he visto cuidar a nuestros niños y niñas más vulnerables en este tiempo. Con el cambio de puesto, ahora pueden hacer “algo más” que cuidar por la inclusión. Por cómo lo están haciendo, y a pesar de la pandemia, no tengo dudas de que mejorará más en los próximos cursos. Nunca hemos tenido tanta apertura y disponibilidad del equipo directivo para reuniones, charlas y formaciones inclusivas como ahora. Vamos por muy buen camino.
Aún falta mucha formación y valentía de toda la comunidad educativa para una inclusión real y con recursos insuficientes. Aquí es donde la colaboración y la labor de la comisión es importante y marca la diferencia.
3. ¿Qué crees que debe aportar la Comisión Inclusiva en los próximos años a la Escuela?
Lo que venimos haciendo y aportando. Debemos de ser constantes y persistentes. Dar visibilidad y voz a las diferentes necesidades educativas, informar, aprender, educar y colaborar con la comunidad educativa.
A ser posible, esta comisión, así como la del distrito, deberíamos ser mixtas y tener representantes de toda la comunidad educativa: familias, profesionales e instituciones. Ese debería ser un objetivo a perseguir en el futuro.
Los diferentes colectivos necesitamos conocer las diferentes realidades, dificultades, barreras, empatizar y colaborar para crear estrategias reales de inclusión, o sumar fuerzas para exigir nuestros derechos recogidos en leyes educativas que no se cumplen.
4. ¿Qué “deberes” nos dejas al resto de miembros de la Comisión?
Deberes no, sugerencias sí.
Estudiar y aprender sobre todas las NESE y NEE. No centrarse en unas pocas, sino educar en todos los tipos de NESE, aunque no haya casos en la escuela. El saber no ocupa lugar. Aprovechad la experiencia y la oportunidad.
Proponer otras formas de comunicación en la escuela: pictos, Braille y lengua de signos por todos los rincones de la escuela. Me gustaría participar en talleres o cursos y aprender sobre otras formas de comunicar. Puede que haya más familias interesadas.
Hacer nuestras comunicaciones en los dos idiomas oficiales: catalán y castellano. Nuestra misión es la de eliminar barreras, y entre ellas está el idioma para algunas familias. No podemos permitir que nuestro mensaje y trabajo no alcance por el idioma; eso sería excluir.
Siempre que sea posible, traer testimonios y experiencias en primera persona a los niños, niñas y familiares. Es la manera más eficaz de aprendizaje: vivenciar, emocionar, sentir, escuchar y ver.
Y disfrutad mucho. Esta es la mejor comisión, sin desmerecer a las demás. Los integrantes son personas maravillosas, cada cual a su manera, y juntos hacen un gran equipo. Hacemos un trabajo altruista a la vez que aprendemos y crecemos como seres humanos. Es una manera fácil y agradable de ser útil y poner tu granito por el cambio.
Yo lo recomiendo a todos: que prueben formar parte de la comisión inclusiva.
5. ¿Cómo te gustaría que fuera la Escuela Eulàlia Bota del futuro?
¡Qué delicia! A esta pregunta me daré la libertad de no limitarme al aquí y ahora como hice en la otra entrevista, e iré a un futuro lejano e idealizado, como si se tratara de pedir mi “unicornio educativo” al genio de la educación. Ojalá se realice alguno de mis deseos.
Que nadie se eche las manos a la cabeza; es un ejercicio libre y sin límites para las escuelas de primaria en general. Así que, si me permitís, ahí va mi opinión personal (basada en lo visto y vivido en mi infancia, otra cultura y realidad) y totalmente inexperta:
– Me gustaría que, en primer lugar, los niños y niñas no fueran agrupados por edad ni tuvieran limitado su tiempo y permanencia en la escuela (ni mínimo, ni máximo). Eso de agrupar por la edad me parece del siglo pasado, cuando el profesor todavía era el centro de la enseñanza.
En la vida fuera de la escuela no nos agrupan por edad en ningún ámbito. No entiendo esta agrupación cronológica teniendo una educación socioconstructivista. Además, tanto para los que “corren” más, como los que “corren” menos, creo que son todo ventajas: menos frustraciones y baja autoestima, más felicidad, motivación y esfuerzo si la agrupación fuera por otras características que no por la edad y no tuviesen que cumplir un tiempo mínimo o máximo por etapa. Cada cual a su ritmo.
Determinar un período de escolarización es no entender la naturaleza humana y condenar a los que no siguen el ritmo de la mayoría; me parece injusto.
– Que las escuelas de primaria dejaran de cumplir un papel solamente asistencial (en el sentido paliativo) y tuviese un valor real y significativo para poder promover cualquier cambio en la sociedad. Necesitamos urgentemente este cambio. Sinceramente, pensaba que la pandemia aceleraría este proceso, y, en este sentido, me he frustrado.
– Que cualquier niño y niña, con cualquier condición, pueda estudiar y recibir atención a todas sus necesidades sin que se le invite a marchar. Una invitación a marcharse de la escuela (por el motivo que sea) es un fracaso gigante y grotesco del sistema, escuela o profesional en toda regla. En ningún caso debe pagar ese fracaso el niño, niña o la familia. Me duele pensar lo frustrante e impotente que es recibir una invitación de esas. Hay que admitir el fracaso y buscar otras soluciones.
– Que, en la etapa infantil, la escuela pudiese definir un plan individualizado a todo el alumnado, con base a las características, necesidades y capacidades del niño en aquel momento, y que fuera revisado en cada ciclo. Y que, al finalizar la primaria, no acabe con la sensación de que se podría haber hecho más, mejor o diferente. Y que los niños y niñas pudiesen seguir su plan con todos los soportes y recursos: es su derecho.
– Sería fantástico que todos los profesores y maestros tuviesen formación en pedagogía y educación especial. Que sus grupos no pasaran de 10-12 alumnos. Y, sobre todo, que pudiesen tener orientación especializada dentro de la escuela y disponible todo el día.
– Que la escuela pudiese funcionar lo más parecido posible a la educación especial; es decir, casi más profesionales que alumnos por aula y con un PI para cada alumno, motivando y desarrollando al máximo sus capacidades. Qué bueno sería ¿verdad?
– Abrir las puertas y ventanas a las familias, sobre todo después de la pandemia. Sería genial que la familia estuviese más presente en la educación/escuelas entre los niños y profesores.
La familia es la primera institución educativa de los niños. ¿Quién mejor que la familia para conocer a sus hijos? Son fuente inagotable de recursos humanos.
De hecho, el plan individualizado en algunos casos debería empezar por conocer (ya lo hacen) y orientar/educar a la familia (este es el punto de cambio real) para alcanzar algunos objetivos de la educación de sus hijos. Sería un símil a conocer los antecedentes de enfermedades familiares en la salud, que orienta y guía el tratamiento individualizado, muchas veces con reestructuración de hábitos y dinámicas familiares.
En resumen, para mí la educación deberá ser cada vez más individualizada y personalizada para desarrollar al máximo las capacidades de los niños y niñas, porque todos somos diferentes. Igual que hacen en otros ámbitos, como por ejemplo el deportivo o el sanitario. Huir de este “modelo” de futuro es negar la evidencia, en mi opinión.
Sé que hay muchos ítems de mi lista que se verán imposibles a día de hoy, y lo son, pero me he permitido compartir mi visión con vosotros. A lo mejor algún lector tiene la magia o el poder de realizarlos, jajajaja. Cómo mínimo, espero haber arrancado una sonrisa, una mueca o una pequeña reflexión. Me encantaría conocer vuestras opiniones, por correo a la comisión inclusiva, aunque sea para decirme lo loca que estoy si así lo creeis.
Ahora, unos deseos factibles para el Bota y las familias. Hablo desde mi percepción personal; desconozco si ya se cumplen en general (si es así, me alegro):
– Me gustaría que toda la comunidad educativa fuera en la misma dirección en los propósitos y objetivos cómo mínimo compatibles a la inclusión, sin demagogias, y lo digo sin acritud. Eso facilita mucho el trabajo y avance de la escuela y de nuestros hijos.
– Que tuvieran muy presente el esfuerzo; siento que falta trabajar más en ello: valorar, por ejemplo, aquellos que entregan los deberes en día para no desmotivar el esfuerzo de la entrega puntual, o la pulcritud, la flexibilidad y la adaptabilidad curricular en general. Es decir, de nuevo toco la tecla de la personalización.
– Que se valore más los posibles talentos académicos y no académicos, con evaluaciones periódicas y proporcionando herramientas complementarias y/o flexibilización. Necesitamos que nuestros niños y niñas talentosos sean detectados, cuidados, valorados y potenciados; son el futuro del país. Ganaremos mucho en salud mental, éxito social y económico; así de sencillo.
Nota: Los talentos se encuentran en ambos extremos de la campana de Gauss; sólo hay que verlos.
Y ya me despido, pero no sin antes agradecer la gran oportunidad y acogida que he tenido en esta comisión y otros grupos de apoyo a las familias con NEE.
Muchísimas gracias por permitirme ser parte de vuestras luchas personales y compartir conmigo momentos tan íntimos y emocionantes cómo los pequeños grandes hitos en la evolución de vuestros hijos.
Espero que vaya todo bien y bonito en los próximos cursos, y nos vemos en eventos inclusivos por el barrio.
Un gran abrazo a todos y todas.
(Versió en català)
¡Gràcies, Leonor!
Aquest és l’últim curs de la Leonor a la nostra escola i a la comissió, i hem pensat fer-li una nova entrevista, perquè considerem que és la millor manera de deixar una empremta del seu pas per la comissió i que la resta de famílies puguin conèixer una mica més sobre els integrants de la mateixa.
1. Amb què et quedes del teu pas per la Comissió Inclusiva?
Sí, és veritat, marxo i toca pensar amb què em quedo o què m’emporto. Bé, doncs moltes coses. Moltes d’elles ja les vaig dir a l’altra entrevista i repetiré algunes per aquí. Podeu llegir l’entrevista anterior i comparar el canvi o no.
M’emporto l’aprenentatge de tants anys i les persones que hem estat treballant braç a braç. Han estat 5 anys inoblidables, que he gaudit molt i m’han impulsat a conèixer i reflexionar sobre cada tema, persona, cas o situació que hem viscut dins de la comissió de manera general i personal.
També m’emporto la lliçó que les persones que mouen aquesta Comissió, i la inclusió en l’educació, són molt valentes per la renúncia del que és fàcil i de la seva llibertat per a atrevir-se a fer les coses diferents i acceptar altres maneres de ser i estimar.
He après que tots participem d’alguna manera d’algun grup minoritari i que hem de moure’ns i ensenyar-nos perquè els recursos arribin. Sense demanda no hi ha oferta. No podem estar de braços plegats amb l’excusa que no hi ha recursos i aparcar aquests grups minoritaris. Tots tenen drets i formen part d’aquesta societat.
2. L’Escola ha millorat en inclusivitat en aquest temps de manera perceptible per a les famílies?
Estic segura que sí. És més, crec que hem guanyat amb el canvi directiu en qualitat professional, personal i noves perspectives i oportunitats. M’explico.
He tingut la sort que dues de les persones que componen l’equip directiu van ser professores de la meva filla. I us puc assegurar que tenen professionalitat i molta sensibilitat. Són dues característiques imprescindibles per a una inclusió real, a més de les seves experiències a l’aula.
Les he observat i les he vist cuidar als nostres nens i nenes més vulnerables en aquest temps. Amb el canvi de lloc, ara poden fer “alguna cosa més” que cuidar per la inclusió. Per com ho estan fent, i malgrat la pandèmia, no tinc dubtes que millorarà més en els pròxims cursos. Mai hem tingut tanta obertura i disponibilitat de l’equip directiu per a reunions, xerrades i formacions inclusives com ara. Anem per molt bon camí.
Encara falta molta formació i valentia de tota la comunitat educativa per a una inclusió real i amb recursos insuficients. Aquí és on la col·laboració i la feina de la comissió és important i marca la diferència.
3. Què creus que ha d’aportar la Comissió Inclusiva en els propers anys a l’Escola?
El que venim fent i aportant. Hem de ser constants i persistents. Donar visibilitat i veu a les diferents necessitats educatives, informar, aprendre, educar i col·laborar amb la comunitat educativa.
Si pot ser, aquesta comissió, així com la del districte, hauríem de ser mixtes i tenir representants de tota la comunitat educativa: famílies, professionals i institucions. Aquest hauria de ser un objectiu a perseguir en el futur.
Els diferents col·lectius necessitem conèixer les diferents realitats, dificultats, barreres, empatitzar i col·laborar per a crear estratègies reals d’inclusió, o sumar forces per a exigir els nostres drets recollits en lleis educatives que no es compleixen.
4. Quins “deures” ens deixes a la resta de membres de la Comissió?
Deures no, suggeriments sí.
Estudiar i aprendre sobre totes les NESE i NEE. No centrar-se en unes poques, sinó educar en tots els tipus de NESE, encara que no hi hagi casos a l’escola. El saber no fa cap nosa. Aprofiteu l’experiència i l’oportunitat.
Proposar altres formes de comunicació a l’escola: pictos, Braille i llengua de signes per tots els racons de l’escola. M’agradaria participar en tallers o cursos i aprendre sobre altres maneres de comunicar. Pot ser que hi hagi més famílies interessades.
Fer les nostres comunicacions en els dos idiomes oficials: català i castellà. La nostra missió és la d’eliminar barreres, i entre elles està l’idioma per a algunes famílies. No podem permetre que el nostre missatge i treball no arribi per l’idioma; això seria excloure.
Sempre que sigui possible, portar testimonis i experiències en primera persona als nens, nenes i familiars. És la manera més eficaç d’aprenentatge: vivenciar, emocionar, sentir, escoltar i veure.
I gaudiu molt. Aquesta és la millor comissió, sense desmerèixer a les altres. Els integrants són persones meravelloses, cadascú a la seva manera, i junts fan un gran equip. Fem un treball altruista alhora que aprenem i creixem com a éssers humans. És una manera fàcil i agradable de ser útil i posar el teu granet pel canvi.
Jo ho recomano a tots: que provin formar part de la comissió inclusiva.
5. Com t’agradaria que fos l’Escola Eulàlia Bota del futur?
Quina delícia! En aquesta pregunta em donaré la llibertat de no limitar-me a l’aquí i ara com vaig fer en l’altra entrevista, i aniré a un futur llunyà i idealitzat, com si es tractés de demanar el meu “unicorn educatiu” al geni de l’educació. Tant de bo es realitzi algun dels meus desitjos.
Que ningú es tiri les mans al capdavant; és un exercici lliure i sense límits per a les escoles de primària en general. Així que, si em permeteu, aquí va la meva opinió personal (basada en el que he vist i viscut a la meva infància, una altra cultura i realitat) i totalment inexperta:
– M’agradaria que, en primer lloc, els nens i nenes no fossin agrupats per edat ni tinguessin limitat el seu temps i permanència a l’escola (ni un mínim, ni un màxim). Això d’agrupar per l’edat em sembla del segle passat, quan el professor encara era el centre de l’ensenyament.
A la vida fora de l’escola no ens agrupen per edat en cap àmbit. No entenc aquesta agrupació cronològica tenint una educació socioconstructivista. A més, tant per als que “corren” més, com pels que “corren” menys, crec que són tot avantatges: menys frustracions i baixa autoestima, més felicitat, motivació i esforç si l’agrupació fós per altres característiques que no per l’edat i no haguessin de complir un temps mínim o màxim per etapa. Cadascú al seu ritme.
Determinar un període d’escolarització és no entendre la naturalesa humana i condemnar als que no segueixen el ritme de la majoria; em sembla injust.
– Que les escoles de primària deixessin de complir un paper solament assistencial (en el sentit pal·liatiu) i tingués un valor real i significatiu per a poder promoure qualsevol canvi en la societat. Necessitem urgentment aquest canvi. Sincerament, pensava que la pandèmia acceleraria aquest procés, i, en aquest sentit, m’he frustrat.
– Que qualsevol nen i nena, amb qualsevol condició, pugui estudiar i rebre atenció a totes les seves necessitats sense que se’l convidi a marxar. Una invitació a marxar de l’escola (pel motiu que sigui) és un fracàs gegantí i grotesc del sistema, escola o professional en tota norma. En cap cas ha de pagar aquest fracàs el nen, nena o la família. Em dol pensar com n’ha de ser de frustrant i impotent rebre una invitació d’aquestes. Cal admetre el fracàs i buscar altres solucions.
– Que, en l’etapa infantil, l’escola pogués definir un pla individualitzat a tot l’alumnat, en base a les característiques, necessitats i capacitats del nen en aquell moment, i que es revisi a cada cicle. I que, en finalitzar la primària, no acabi amb la sensació que es podria haver fet més, millor o diferent. I que els nens i nenes poguessin seguir el seu pla amb tots els suports i recursos: és el seu dret.
– Seria fantàstic que tots els professors i mestres tinguessin formació en pedagogia i educació especial. Que els seus grups no passessin de 10-12 alumnes. I, sobretot, que poguessin tenir orientació especialitzada dins de l’escola i disponible tot el dia.
– Que l’escola pogués funcionar el més semblant possible a l’educació especial; és a dir, gairebé més professionals que alumnes per aula i amb un PI per a cada alumne, motivant i desenvolupant al màxim les seves capacitats. Que bo seria, veritat?
– Obrir les portes i finestres a les famílies, sobretot després de la pandèmia. Seria genial que la família estigués més present en l’educació/escoles entre els nens i professors.
La família és la primera institució educativa dels nens. Qui millor que la família per a conèixer els seus fills? Són font inesgotable de recursos humans.
De fet, el pla individualitzat en alguns casos hauria de començar per conèixer (ja ho fan) i orientar/educar a la família (aquest és el punt de canvi real) per a aconseguir alguns objectius de l’educació dels seus fills. Seria un símil a conèixer els antecedents de malalties familiars en la salut, que orienta i guia el tractament individualitzat, moltes vegades amb reestructuració d’hàbits i dinàmiques familiars.
En resum, per a mi l’educació haurà de ser cada vegada més individualitzada i personalitzada per a desenvolupar al màxim les capacitats dels nens i nenes, perquè tots som diferents. Igual que fan en altres àmbits, com per exemple l’esportiu o el sanitari. Fugir d’aquest “model” de futur és negar l’evidència, al meu entendre.
Sé que hi ha molts ítems de la meva llista que es veuran impossibles avui dia, i ho són, però m’he permès compartir la meva visió amb vosaltres. Potser algun lector té la màgia o el poder de realitzar-los, jajajaja. Com mínim, espero haver arrencat un somriure, una ganyota o una petita reflexió. M’encantaria conèixer les vostres opinions, per correu a la comissió inclusiva, encara que sigui per a dir-me el boja que estic si així ho creieu.
Ara, uns desitjos factibles per al Bota i les famílies. Parlo des de la meva percepció personal; desconec si ja es compleixen en general (si és així, m’alegro):
– M’agradaria que tota la comunitat educativa anés en la mateixa direcció en els propòsits i objectius com a mínim compatibles a la inclusió, sense demagògies, i ho dic sense acritud. Això facilita molt el treball i avanç de l’escola i dels nostres fills.
– Que tinguessin molt present l’esforç; sento que falta treballar més en això: valorar, per exemple, aquells que lliuren els deures al dia per a no desmotivar l’esforç del lliurament puntual, o la netedat, la flexibilitat i l’adaptabilitat curricular en general. És a dir, de nou toco la tecla de la personalització.
– Que es valori més els possibles talents acadèmics i no acadèmics, amb avaluacions periòdiques i proporcionant eines complementàries i/o flexibilització. Necessitem que els nostres nens i nenes talentosos siguin detectats, cuidats, valorats i potenciats; són el futur del país. Guanyarem molt en salut mental, èxit social i econòmic; així de senzill.
Nota: Els talents es troben en tots dos extrems de la campana de Gauss; només cal veure’ls.
I ja m’acomiado, però no sense abans agrair la gran oportunitat i acolliment que he tingut en aquesta comissió i altres grups de suport a les famílies amb NEE.
Moltíssimes gràcies per permetre’m ser part de les vostres lluites personals i compartir amb mi moments tan íntims i emocionants com les petites grans fites en l’evolució dels vostres fills.
Espero que vagi tot bé i bonic en els propers cursos, i ens veiem a esdeveniments inclusius pel barri.
Una gran abraçada a tots i totes.