1. ¿Cómo empezó tu historia en la Comisión Inclusiva EB y porque eres integrante de esta Comisión?
Mi historia empezó cuando alguien me comentó que se estaban poniendo algunas “pegas” para que la comisión inclusiva se formará como tal. Querían que fuera parte de otra Comisión. También me había enterado de que se había organizado un café del AMPA donde se presentaría la Comisión y sus integrantes. Así que no podía dejar pasar está oportunidad y me presenté al café del ampa.
Mi decisión de formar parte empezó en este mismo día cuando vi por mis propios ojos la insistencia, por parte de quienes deberían agradecerles su coraje y voluntad de trabajar el tema en nuestra escuela, de que formarán parte de otra Comisión y no apareciese la palabra Inclusiva.
Después del café del ampa entré en contacto con uno de los integrantes y me he ofrecido a formar parte de la Comisión. Me invitaron a la primera reunión (mía) donde me recibieron con los brazos abiertos y una gran sonrisa. No hubo prueba de admisión ni preguntas, de hecho pregunté más yo a ellos que ellos a mi. Me sentí como en casa. Tenía ganas, muchas ganas de conocerlos y aprender de ellos.
Cuanto al porqué estoy en la Comisión… bueno, me parece que la mayoría de las personas que saben que tengo un hermano portador de la síndrome de down suponen que este es el motivo. En parte están en lo cierto. La verdad es que tener un hermano con discapacidad intelectual es toda una escuela, y tal vez por ello sea tan sensible a las injusticias.
Hay muchos motivos por los que estoy aquí. Para empezar las barreras que se estaban poniendo en la formación de la Comisión fue un punto importante entre otros. Pero lo que realmente me motiva es poder vivir la inclusión desde otra perspectiva. Me explico.
Siempre la he vivido como hermana toda mi vida (y sigo). Ahora que soy madre, no podía perder la oportunidad de vivir desde la empatía. Quería entender de alguna manera todo aquello que mis padres pasaron a través de las historias y vivencias de las familias de la Comisión. Por si no os habéis dado cuenta la Comisión estaba formada solamente por familias de niños con Necesidades educativas especiales. Una lástima que esta sea la realidad.
Ser integrante de la comisión me ayuda a echar la vista atrás y a descubrir, entender y valorar aún más a todas y cada una de las actitudes, trayectoria y decisiones que he visto en mi casa.
Y podría seguir con la larga lista del porqué estoy aquí. Si soy sincera no sabría contestar la misma pregunta a la inversa.
2. ¿Porqué una Comisión Inclusiva y cómo se trabaja?
Porque todavía estamos empezando el camino de la inclusión. Parece increíble que seguimos básicamente como hace años. Veo que pasan los años, cambian las leyes, así como algunos términos, y no somos capaces de dar el paso.
Discutimos las reglas del juego y nunca empezamos a jugar. Hacemos simulacros de partidas pero no nos atrevemos a dar el paso en la sociedad para el cambio real. Unos culpan a los otros por la situación en que nos encontramos pero no son capaces de cambiar su propia actitud.
Eso se debe porque somos una minoría que es percibida como una amenaza al sistema y a la sociedad. Es más fácil olvidar o ignorar. Se vive mejor cuando no te toca, ¿verdad? Aún así y a pesar de todo vamos avanzando, a pasitos pequeños y muy lentamente. Ojalá llegue el día en que ya no sea necesario la existencia de una comisión inclusiva.
Nuestra labor como Comisión es hacernos visibles, educar y reclamar nuestro lugar en la sociedad con los mismos derechos que los demás, empezando por el principio: visibilidad, formación de valores y convivencia directa sin segregaciones.
Tenemos en la web del ampa apartados donde podéis encontrar desde recursos para trabajar a casa o en el aula sobre diferentes temas dentro de la inclusión, así como la inclupedia donde ponemos el significado de los términos y acrónimos para que las familias puedan consultar. Son tantos términos que pueden llegar a ser abrumador (como si se tratara de otro idioma). Procuramos enlazar y reproducir noticias sobre inclusión en la web y hacemos llegar a las familias. Organizamos charlas y fiestas de sensibilización. Y por último acompañamos a las familias recién llegadas al mundo de la diversidad en lo que necesiten dentro de nuestras posibilidades como pueden ser: una orientación sobre un formulario, dudas sobre pasos y etapas, material, recursos y soporte en colaboración con el AMPA.
3. En tu opinión ¿qué debería pasar para que la inclusión fuera real en la escuela ordinaria?
Es en la escuela donde se siembra el verdadero cambio. Tanto en la escuela de nuestros hijos cómo en las carreras de todos los profesionales que intervienen en la educación. Iniciando este cambio ya, puede que aún así tardemos 1 o 2 generaciones para percibir el cambio en la sociedad.
Leo y escucho por todos los lados que hacen falta recursos. Es cierto, todo sería más fácil si tuviésemos los recursos necesarios disponibles. Y mientras tanto ¿qué hacemos? La mayoría queda a la espera de la llegada de dichos recursos. Otros, una minoría, se atreven a hacer básicamente milagros con toda su valentía. Y os hago una pregunta: ¿Si tus hijos tienen hambre y tu no tienes suficiente comida para todos, que haces? Te sientas, olvidas o ignoras el hambre de tus hijos como si fuera esa la solución? Los dejas sin comer?
Ya sabemos que no, porque necesitas cubrir sus necesidades fisiológicas. Así que utilizas tus recursos con creatividad y mucha voluntad. Esa es la receta. No sólo faltan recursos, creatividad y voluntad, sino que falta el ingrediente secreto: motivación.
Para empezar el cambio, en mi opinión una fórmula podría ser:
- mitad del alumnado por aula o el doble de profesores por aula.
- que se incluya la formación de educación especial en la formación de todos los profesores (el saber no ocupa lugar)
- que se aplique en la educación la metodología por proyectos y DUA (diseño universal de aprendizaje), así aseguramos atender a todos los niños con NEE de ambos extremos de la campana de Gauss.
- que la familia tuviese más participación en la educación de sus hijos dentro de la escuela. No hablo de preparar fiestas, eso no es participar en la educación, hablo de conocer y participar del diseño del currículum de sus hijos y de compartir la responsabilidad de la educación escuela-familia.
- que la comisión inclusiva de las escuelas, barrios, etc, sean mixtas. Es decir, representantes de padres, docentes, administraciones e instituciones, para establecer estrategias reales.
Sin un cambio en la base de la educación y estrategias reales de la sociedad, por más recursos y leyes a nuestro favor, sólo servirán para frustrar y quemar a profesionales y familias que apuestan por la inclusión real. Entonces muy pronto veremos un retroceso muy significativo en lugar de avanzar, dejando huellas dolorosas y difíciles de borrar. Y aunque a la mayoría no le importe este retroceso porque no les toca el tema, no habremos evolucionado como sociedad.
4. ¿Cómo motivar a cualquiera a participar de alguna forma con la Comisión Inclusiva o la inclusión?
Esta es una pregunta difícil de responder. En enero estuve en una charla taller de Silvana Corso titulado: pensando en escuelas inclusivas. Me ha encantado. Asistí con el objetivo de buscar la respuesta a esta pregunta, como motivar a cualquiera a hacer la inclusión.
He tenido respuestas de todos los tipos y colores para aquellos que tienen la motivación pero les faltan todo lo demás. Precisamente para la falta de motivación no existe una fórmula. Si así fuera tal vez no existiese la depresión.
Yo tengo muchas motivaciones por las que me hacen participar de la inclusión. Ya he explicado algunas de ellas.
Pero hay una motivación que quizás, puede que coincidimos más en la mayoría. Y es que no se trata de querer cambiar al mundo o a los demás porque es un objetivo intangible. Pero podemos cambiarnos a nosotros mismo e intentar ser mejor persona para hacer de este mundo un lugar mejor.
Hago un paralelismo con la maternidad para explicarme. Ser madre muchas veces me saca lo mejor de mí y lo peor también. Mi hija me recuerda constantemente que aprende de mis ejemplos y no de mis discursos, así que busco enseñarle lo mejor de mi porque no quisiera que ella fuera mi semejante, sino que fuera en la medida de lo posible una persona mejor.
Concluyendo, si queremos la inclusión real debemos empezar por cambiar nuestros hábitos adquiridos ampliando nuestra zona de confort y al final los nuevos hábitos nos cambiarán. Es una decisión sencilla pero sólo para valientes. ¿Te atreves a ser mejor persona de la que eres ahora?
5. Y por último, ¿qué has aprendido con la Comisión y la inclusión?
He aprendido muchísimas cosas y sigo aprendiendo.
Para empezar que las personas que mueven esta Comisión y la inclusión en general son muy valientes. Son valientes porque renuncian de su libertad de disfrutar de la vida como la sociedad impone y porque se atreven a amar y ser amado con una intensidad que intimida a esta sociedad.
Estoy aprendiendo a observar, reconocer, aceptar, respetar y admirar las fortalezas y debilidades del ser humano. Tenemos en nuestra Comisión características tan diversas que nos enriquece y nos hace un grandísimo equipo.
He aprendido que la carrera de la inclusión y diversidad es larga y llena de barreras. El tiempo parece tener muchísimos más segundos que los de un minuto real, y que por todo esto el compartir y colaborar tiene mayor sentido. Y finalmente cuando alcanzamos la meta ya no importa la posición de llegada, lo celebramos como una gran victoria y la emoción en este caso es indescriptible.
He aprendido que el ser humano tiene una capacidad de resiliencia gigantesca. Y sí, somos capaces de mover lo que nos dé la gana sin que los demás interfiera en nuestra motivación.
He aprendido que todas las barreras que se nos presentan, en realidad son debilidades de nuestra sociedad que no quieren aceptar otras formas de ser y amar.
Puedo entender el miedo al cambio, a lo desconocido, diferente o diverso. Pero todavía me falta aprender mucho y entender de aquellos que al ser consciente de todo ello no quieren ser mejor persona, deciden dar la espalda a un grupo minoritario, sea de la clase que sea (discapacidad, altas capacidades, enfermedades raras, clases sociales, diferentes etnias, etc). Y esas personas seguirán sus vidas creyendo que no son responsables de la ralentización de la evolución.
He aprendido que todos participamos de alguna manera de algún grupo minoritario y que si no salimos de nuestra inercia, comodismo o sufrimiento, no podremos nunca promover ningún cambio.
Y por todo eso aquí estoy. No sé me ocurre otro lugar mejor para este aprendizaje.
Y acabo haciendo la siguiente pregunta: ¿Te atreves a comprobar conmigo el efecto mariposa? Si es así, te esperamos en la comisión inclusiva.